El Ajusticiado: La increible historia de Lazaro Kasakov
By (Author) Lucido del Aba
BookBaby
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15th January 2024
United States
Paperback
408
Width 152mm, Height 228mm, Spine 25mm
644g
L cido del Alba resalta la naturaleza ef mera de nuestras vidas y la importancia de apreciar los momentos presentes, garantizando que el olvido nos aguarda. En la narraci n los personajes atrapados en la b squeda por ser reconocidos demuestran que su lucha est destinada al fracaso.
L cido explora la fragilidad del recuerdo y c mo la vida encuentra su significado ef mero que, a pesar de todo esfuerzo, la cruel realidad determina que se perder en el olvido. Mientras los personajes avanzan y crecen, el paso del tiempo los borrar en la bruma de la nada. L cido sugiere que la vida trasciende m s all de la muerte f sica insinuando que nuestra existencia perdura en aquellos que nos recuerdan por un tiempo. Un tiempo que se adue a de nosotros, ya que nosotros somos el tiempo.Permanecer grabada en la memoria de los que alcancen el final, aunque en un corto lapso del tiempo, esta historia tambi n ser olvidada.
En la Isla de los Esp ritus (cementerio de los fallecidos por la fiebre amarilla), en el cruce de los r os Sarmiento y el Luj n, revelandose las primeras luces del alba en el Paran de las Palmas, llego L cido a este mundo. Se desconoce en qu a o, ya que nunca fue inscripto en el Registro Nacional de las Personas. Su madre lo abandon en el hogar inundado por el agua, junto a su hermano mayor, en una precaria construcci n de madera. Quedaron atrapados en la habitaci n del piso alto, que se salv de ser destruida por la corriente de agua. La mam, arroj ndose al r o, fue arrastrada por la corriente. Un d a m s tarde, recuperaron su diminuto cuerpo, para desgracia de L cido y su hermano. El hermano mayor cuid de L cido desde la ni ez hasta su partida en 1991. La nica forma que concibi de protegerlo fue encerrarlo en una habitaci n rectangular, donde le ense aba en su tiempo libre a leer y escribir las pocas palabras que conoc a a duras penas. El mobiliario consist a en una mesa y una banqueta de madera de la misma proporci n, acompa ado por ciento cinco cajas de l pices negros usados, un diccionario casi destruido y ajado por el efecto de la humedad y una enorme pila de papel para envolver. Sobre esos recortes, L cido escrib a, recibiendo sus mensajes telep ticos provenientes de un televisor blanco y negro, que funcionaba con un generador de gasolina. Cuando no escrib a, circulaba alrededor de la nica mesa. Esperando los mensajes con claridad, de all provino el nombre: L cido.
Siendo casi adulto, repentinamente, a la hora que el sol cae, decidi cambiar de ruta. Comenz a caminar en l nea recta, cargando en una vieja mochila sus manuscritos. Con el peso de los papeles casi deshechos por el tiempo, se dirigi a la salida. Desde ese punto de partida y continuando en la misma direcci n, arrib a la frontera de Argentina, Brasil y Paraguay, a un pueblo llamado Tres Fronteras, en Puerto Iguaz, provincia de Misiones. Enamor a una joven de descendencia india con la cual tuvo una hija, a la que abandona junto a la madre, obedeciendo el llamado a su escritura. No las volvi a ver ni tampoco lo volvieron a ver a l. Fue su ltima vez. Antes de desaparecer, el guardia de la frontera lo oblig a entregar el paquete con los manuscritos, prohibi ndole el paso si no lo conced a. Fue su primer salvoconducto.
Por un error del Correo Nacional, llegaron a manos de un anciano, que los don al centro espiritista Kardec, localizado en San Telmo, en la ciudad de Buenos Aires. Uno de sus miembros descubre el valor de estos escritos, que hoy se conservan en una caja de cristal junto a su mochila y bajo estricta vigilancia, en la sala que lleva su nombre. Este centro basa sus principios fundamentales en la creencia que indica, como primera causa inteligente, la existencia y unicidad de Dios. Ser divino que permite al esp ritu volver a encarnar como humano con el fin de evolucionar (sea para perfeccionarse en virtudes, para expiar faltas pasadas o para ayudar a sus semejantes a progresar). Entendiendo que la evoluci n intelectual del humano solo puede reencarnar tanto en hombres como en mujeres.
Las autoridades del centro deciden romper el silencio y darlos a publicar en 2017. M s all de estas creencias, equivocadas o no, los herm ticos textos de L cido se publicaron por primera vez durante ese per odo. Actualmente, estos escritos contin an edit ndose de manera artesanal, reconstruyendo los textos con la mayor fidelidad posible y, en algunos casos, incompletos por su asombrosa trayectoria. En otras oportunidades excepcionales, fueron propagados a trav s de la tradici n oral m s antigua. Costumbre que obliga al receptor a entrenarse de un modo m s sofisticado en el desarrollo de su audici n. Los miembros de este centro creen firmemente que L cido del Alba a n sigue vivo en la selva paraguaya, a veces perciben se ales de su esp ritu que, en una forma de alta frecuencia, dicta las consignas del futuro, a las cuales los miembros activ